jueves, abril 25

EL LEGADO DE LUCHA DE HEBE

Amada, odiada, criticada, venerada. Hebe, ese torbellino que descalabró la historia oficial, partió esta mañana a los 93 años. Nos deja un incansable legado de 45 años de lucha persiguiendo justicia, vociferando verdades, agrietando superestructuras, levantando la polvareda del status quo.

Es difícil imaginar el presente sin su ímpetu de ronda haciéndose pueblo. Porque eso fue siempre Hebe: pueblo y lucha, cargada de contradicciones, errores y muchos, pero muchos aciertos.

«Mis hijos me enseñaron lo que es la política y me olvidé de quién yo era el día que ellos desaparecieron; nunca más pensé en mi», dijo meses antes de partir, esa madre a la que la Dictadura Militar  secuestro, torturó y desapareció a su primer hijo, Jorge, en febrero de 1977.

Madre que, como tantas otras, recorrió comisarías, cárceles, cuarteles, ministerios y vicariatos intentando dar con el paradero de su hijo para «alcanzarle una muda de ropa y algo de comida», relataba.

Mujer que, hastiada de la ignominia institucional, un jueves de abril se unió a otras madres congregadas en Plaza de Mayo, estampó su firma en la carta, que Videla jamás respondió, y se dispuso, desde una voz colectiva, desafiar la visera misma del poder ocupando el espacio público.

Una «Loca» más de Plaza de Mayo, que subvirtió el orden establecido, se calzó un pañal blanco en la cabeza y tomada del brazo de otra madre/loca comenzó rondar alrededor de la Pirámide el día que un milico las conminó a circular para disuadirlas.

Sin saberlo, Hebe, como la mayoría de las Madres de Plaza de Mayo, deconstruyó el mandato patriarcal que recluía a la mujer al ámbito de lo privado y se erigió en mujer pública, en sujeto colectivo, en la principal fuerza de oposición política que debió enfrentar la Dictadura cívico-eclesiástica-militar, primero y al Poder político tras el regreso a la democracia.

Esa guerrera que, ante el ante el secuestro y desaparición de su segundo hijo Raúl, el 6 de diciembre de 1977, dos días antes que un grupo de tareas de la marina hiciera lo propio con madres y familiares en la Iglesia de la Santa Cruz y con Azucena Villaflor el día 10, se juró no desfallecer y tomó la posta, haciendo de su cuerpo una trinchera, de su la voz un megáfono y de su la lucha la causa de todos y todas.

Nacida en la ciudad de Ensenada el 4 de diciembre de 1928 Hebe María Pastor de Bonafini inició su tarea como presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en 1979,  entidad en la que se destacó por la lucha por los derechos humanos, contra la impunidad de los culpables de crímenes de lesa humanidad, junto a la reivindicación de la militancia revolucionaria de los detenidos desaparecidos y asesinados.

Hebe no sólo reivindicó las luchas de sus propios hijos, sino que impulsó el reclamo colectivo de las Madres: «Todos son nuestros hijos». Como titular de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, promovió el crecimiento de esa institución. Impulsó la creación de un instituto universitario nacional, un periódico, una radio, una casa cultural y una librería. Además administran el centro cultural de las exESMA.

Estos hitos coinciden con sus ideas de que los derechos humanos debían conjugarse con los derechos sociales. De la mano de esa concepción nunca ocultó sus preferencias políticas que quedaron expresadas en sus posiciones intransigentes ante las desigualdades.

En tanto figura central de la recuperación de la democracia, Hebe estuvo también estuvo en las calles durante los alzamientos carapintadas y más tarde se convirtió en fue una ferviente opositora del Gobierno de Carlos Menem, repudiando los indultos en favor de los genocidas que otorgó este último. Junto a las Madres estuvo en la Plaza de Mayo en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 enfrentando la represión del gobierno del radical Fernando de la Rúa contra los manifestantes, donde hubo decenas de muertos.

Su preocupación social se mantuvo intacta a pesar de las difamaciones y maniobras en su contra, durante el gobierno de Cambiemos organizaba charlas y «mateadas» con los jóvenes y recibía donaciones de alimentos para llevar a barrios populares del conurbano, acción que realizaban las Madres sin que tuviera trascendencia pública, por decisión de ellas.

Se enfrentó al gobierno de Mauricio Macri desde el primer día, cuando retomó las marchas de la Resistencia. En agosto de 2016 una multitud se congregó en las puertas de la Casa de las Madres cuando trascendió que podría ser detenida y llevada a la fuerza a declarar a los tribunales de Comodoro Py.

Polémica, errática, a veces, pero inmensamente valiente siempre la presidenta y cofundadora de la Asociación Madres de Plaza de Mayo,  protagonista central de las primeras marchas de la resistencia, exigiendo desde siempre la aparición con vida de las 30 mil personas detenidas desaparecidas entre 1976 y 1983, signó un compromiso de lucha que mantuvo hasta el final de su vida.

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