viernes, marzo 29

COMBATIENDO LA OFERTA SEXUAL CALLEJERA

Los stickers con avisos de oferta de prostitución que abundan en postes, paredes, teléfonos públicos o baños de hombres de la Ciudad de Buenos Aires son una manera de “colaborar en la trata de mujeres”, afirman especialistas, quienes reclaman más controles a las autoridades porteñas.

«Falta decisión política, porque con las leyes que existen el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires podría terminar con estas prácticas que promueven la prostitución y lucran con la prostitución ajena», explicó Diana Maffia, ex legisladora porteña y Defensora Adjunta del Pueblo.

Maffía recordó que la ley 26.485 promueve la lucha contra todo tipo de violencia, incluida la simbólica, “que es la que tenemos que soportar en esos stickers en la vía pública que cosifican a las mujeres y la mercantilizan».

La diputada María Elena Naddeo explicó que «promover la prostitución es un delito tipificado en el Código Penal, por lo cual la difusión en estos formatos no puede admitirse y deben tomarse medidas concretas para eliminarlos».

Además hay otra herramienta jurídica para combatir las violencias contra las mujeres: el decreto presidencial 936/2011, que establece la prohibición de la publicación de avisos de comercio sexual por cualquier medio.

Chantal Stevens, responsable de la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual -que depende del Ministerio de Justicia de la Nación-, dijo que “si bien estos papeles se ven en otras ciudades como Córdoba o Rosario, al existir controles, por ejemplo en la ciudad santafesina, los entregan en mano o los dejan en los autos, pero no los pegan en todos lados como ocurre en la Ciudad de Buenos Aires».

La Oficina de Monitoreo realizó una relevamiento de los stickers de oferta sexual que aparecen en las calles porteñas. “Lo vinculamos con páginas similares en Internet y con avisos actuales o pasados en los diarios”, dijo Stevens.

Ese trabajo “permitió verificar que usan los mismos teléfonos en distintos medios, usan nombres de fantasía, el marketing y el dinero invertido excede lo que puede abonar una mujer sola, por eso la justicia investiga para detectar las redes de trata», advirtió Stevens.

Un corto que deja bien en claro esta relación es «¿Sabemos todo?», que puede verse en Youtube y fue realizado por la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (Ammar Capital) y la Asociación Civil Cine en Movimiento.

El video muestra cómo se capta a mujeres y cómo esas víctimas son luego `promocionadas` en las pegatinas callejeras engañosas  «donde las autoridades porteñas tendrían que aplicar el Código Contravencional», señaló Stevens.

También la ley 451 sanciona a quienes realicen publicidades prohibidas en la vía pública «que es lo que le importa al Ministerio de Ambiente y Espacio Público: si paga o no, ya que no les interesa el contenido», denunció Maffía.

En ese sentido recordó: «Siendo titular de la Comisión de Género de la Legislatura porteña, hicimos reuniones para abordar, de manera interdisciplinaria, la situación de las personas en prostitución, y en un encuentro una funcionaria de ese organismo dijo que no era importante lo que decían los papelitos, es decir, hay un desentendimiento del tema».

LA COTIDIANA TAREA DE ARRANCAR STIKERS

Organizaciones sociales impulsan desde hace algunos años acciones para retirar los papeles de oferta sexual de las calles porteñas, iniciativa que hoy mantienen como tarea diaria militante muchas mujeres, inclusive soportando la agresión de los prostituyentes.

«Un día, mientras quitaba los papelitos, un joven en Santa Fe y Coronel Díaz, delante de cientos de personas que ni se inmutaron, me empezó a empujar violentamente mientras me gritaba: “Te vas a comer un puntazo, si te vuelvo a ver te hago boleta, no me vas a sacar el pan de la boca”», contó Malena Zabalegui.

A pesar del mal momento, que presenció su hijo de 8 años, lo sigue haciendo «no sin antes mirar bien alrededor y asegurarme de que estoy a salvo. En especial, trato de hacerlo cuando hay un policía cerca por un doble motivo: para evitar el prometido puntazo y también como desafío a la policía que, sabemos, es cómplice de este delito», reconoció.

Malena contó que su hijo “también saca papelitos» porque es una manera de que los hombres dejen de “tratar mal a las mujeres”.

Corina Rodríguez Enríquez trabaja en el Centro Interdisciplinario para el estudio de la Política Pública y para llegar a su oficina hace el trayecto desde Corrientes y Callao hasta Rodríguez Peña y Lavalle.

«Arranco cientos de estos papelitos, y siempre me guardo uno  para entregarlo en la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual, acción que asumí con más compromiso ahora, a partir de lo que pasó con el juicio por Marita Verón», compartió.

María Passaggio trabaja en Pellegrini 211, en la Dirección de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: «Todos los días arranco papelitos desde Corrientes y Suipacha hasta mi oficina. Lo hago cerca de las 7 de la mañana, a veces vuelvo a pasar porque tengo que ir a dar algún taller y, en los mismos lugares que había extraído los papeles, están otra vez pegados», contó.

El jueves último, un hombre la increpó a ella y a otra mujer que estaba en la tarea de arrancar la publicidad sexual «pero se fue porque se acercaron otras, por eso trato de no estar sola y fijarme si hay alguien que me observa, ya que no es la primera vez que me amedrentan esta clase de sujetos».

Úrsula Moreyra es licenciada en bibliotecología y desarrolla su profesión en la Corte Suprema de Justicia: «Recorro Corrientes de lunes a viernes arrancando papeles, a pesar de que he sido amenazada por los hombres que los pegan, pero lo sigo haciendo igual», explicó.

Aluminé Cabrera integra la red periodística especializada en género, PAR, colectivo que este año realizó un acción para despegar los papeles de oferta sexual por Avenida Corrientes, desde Callao hasta 9 de Julio.

Recordó que «lo positivo fue que muchas personas se solidarizaron con nosotras durante el recorrido y arrancaban papelitos» y que «hablamos con un muchacho que los estaba pegando y nos dijo que era su fuente de ingreso, que tenía una nena pequeña con problemas de salud».

«Entonces, le preguntamos qué sentiría si su hija fuera explotada sexualmente. No tuvimos respuesta, porque su actitud terminó siendo agresiva», agregó la periodista.

ONG`s y grupos de personas han realizado en los últimos años campañas alentando a quitar esas publicidades callejeras, costumbre que mantienen muchas mujeres, y cada vez más varones. También, se pueden denuncia en forma personal o anónima la publicación de avisos de oferta sexual y de demanda de personas destinadas al comercio sexual, sean estos explícitos o implícitos.

La información para concretar la denuncia se encuentra en la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual

Fuente: Télam

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