martes, abril 23

NUEVO MUNDO

El 27 de diciembre 1512, se promulgaban en España las primeras ordenanzas para el buen regimiento y tratamiento de indios del Nuevo Mundo.
Una junta de teólogos y juristas reunida en Burgos determinó la justicia de los títulos sobre las así llamadas Indias, así como analizar la problemática de los naturales. Tras los inquietantes sermones en los cuales fray Antonio de Montesinos denunciaba las condiciones a que habían sido sometidos los indígenas de La Española.
La junta dejó establecido que rey de España tenía justos títulos y dominio sobre las Indias, pero carecía de derecho a explotar a los naturales. El indio era libre y podía tener propiedades, pero siendo súbdito del monarca, debía trabajar a su favor, naturalmente a través de los españoles allí asentados. Ese trabajo debía ser tolerable y la remuneración justa, aunque se le podía pagar en especie.
En retribución, el monarca asumía un compromiso evangelizador tan profundo que debía llevar la guerra a quienes se rehusaran a ser cristianizados Se sostenía, en definitiva, que hacer la guerra a los indios era justo porque se trataba de mejorar su situación espiritual.
Ya fuera porque las ordenanzas no se aplicaron o porque se aplicaron muy bien, en muy pocos años los aborígenes de las Antillas fueron completamente exterminados

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