martes, octubre 15

MIÉRCOLES DE JUBILAD@S

La movilidad jubilatoria y la lucha por un futuro digno para l@s jubilad@s
Esta semana, el Senado de la Nación debatirá el proyecto de Ley de “movilidad jubilatoria”. Esta iniciativa, que fue aprobada por una amplia mayoría en la Cámara de Diputados, probablemente no tenga la misma suerte en el recinto del Senado. Entre los representantes de la oposición, conocidos como «dialoguistas», están coordinando con el Gobierno para evitar su aprobación, tal como llegó desde Diputados. El principal argumento que esgrimen es garantizar el “déficit cero”, lo que pone en jaque el derecho de las y los jubilados a una vida digna.

La Realidad de la Movilidad Jubilatoria
La movilidad jubilatoria es un tema crucial en la vida de millones de argentinos. A través de este proyecto, se busca ajustar los haberes de manera que los jubilados puedan acceder a un ingreso que, aunque insuficiente, resultaría menos miserable que lo que reciben actualmente. Sin embargo, algunos senadores parecen priorizar aspectos económicos sobre los derechos fundamentales de las personas que han trabajado toda su vida y que ahora dependen de una pensión para vivir.
Desafortunadamente, esta situación no es nueva. A lo largo de los años, las distintas políticas gubernamentales y las decisiones legislativas han favorecido a los grandes capitales en detrimento del bienestar de la clase trabajadora. El mismo patrón se repite, y los argumentos sobre el déficit fiscal se utilizan como una excusa para no atender las necesidades urgentes de l@s jubilad@s.

Las consecuencias de la inacción
En la actualidad, millones de personas jubiladas subsisten por debajo del umbral de la pobreza, sufriendo las consecuencias de un sistema que se ha vuelto insensible a sus necesidades. En paralelo, el costo de vida se eleva; y las pensiones no han crecido al mismo ritmo, lo que significa que quienes han aportado a la construcción de este país se ven forzad@s a vivir en condiciones indignas.
La crisis del sistema previsional no solo afecta a l@s jubilad@s, sino que también refleja una falta de solidaridad intergeneracional. A medida que much@s trabajadores se acercan a la jubilación, la inseguridad sobre su futuro económico se convierte en una preocupación constante. La pérdida de confianza en un sistema que debería proteger a quienes han trabajado toda su vida es alarmante y debe ser abordada con urgencia.

La larga sombra del poder económico
Este debate no puede ser tratado como un asunto aislado. Es parte de un contexto más amplio en el que el poder económico nacional e internacional influye decisivamente en la política local. La reciente aprobación de la Ley Bases representa un claro signo de esta influencia, abriendo las puertas a la precarización laboral y la destrucción de un sistema previsional basado en la solidaridad.
Es alarmante ver cómo estas decisiones políticas han llevado a la desprotección de los trabajadores y la pérdida gradual de soberanía sobre nuestros recursos. La criminalización de la protesta social y la falta de atención a las demandas de la ciudadanía son solo algunos de los efectos colaterales de un sistema que prioriza tanto los intereses del capital frente al bienestar de las personas.

Organización y resistencia
Frente a este panorama, es fundamental que la clase trabajadora tome las riendas de su propio destino. La lucha por una vida digna para l@s jubilad@s es una tarea que involucra a toda la sociedad. «No podemos depender exclusivamente de los legisladores que han demostrado no estar a la altura de las circunstancias», sentencian desde la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, desde donde, como cada semana, hacen un llamado a la organización y la movilización popular.
«Proponemos dos ejes fundamentales para esta lucha: la creación de un sistema previsional público, solidario y de reparto, y la normalización del PAMI, que debe ser conducido y administrado por trabajadores activos y jubilados», amplian y aseguran que estos objetivos no sólo son necesarios, sino que son justos y deben ser defendidos por toda la clase trabajadora.
Esta es la batalla cultural que están dispuest@s a librar por el reconocimiento y defensa de estas propuestas por el conjunto de la clase trabajadora. «Es imperativo que las organizaciones de jubilados, así como las sindicales, sociales y políticas, trabajen unidas en la búsqueda de estos objetivos. Solo a través de la unidad y la organización podremos enfrentar a aquellos que desean perpetuar la precariedad y la indignidad», explican.

En conclusión, la discusión sobre la movilidad jubilatoria es un llamado de atención sobre la situación crítica que atraviesan millones de jubilados en nuestro país. La falta de atención por parte de algunos sectores políticos no es solo una cuestión de números en un balance financiero; se trata de vidas humanas, de derechos y de dignidad. La clase trabajadora tiene el poder de cambiar este panorama, pero para ello es fundamental la unidad y la movilización.
A medida que se desarrollan los debates en el Senado, desde  la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados instan a seguir de cerca la situación y a participar activamente en la lucha por un sistema que se base en la justicia, la solidaridad y el respeto por aquellos que sirvieron a este país durante toda su vida.

«Juntos, podemos construir un futuro más justo para todos», concluyen.

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