jueves, marzo 28

EL GOBIERNO PORTEÑO AMENAZA CON DESALOJAR UNA HUERTA COMUNITARIA

El Reciclador, organización ecologista de base barrial que tiene 14 huertas comunitarias en diferentes veredas de la Ciudad de Buenos Aires, denunció que la administración  encabezada por Horacio Rodríguez Larreta amenazó con retirar la huerta  que se extiende justamente en la cuadra donde vive el referente de la organización, Carlos Briganti, en el barrio de Chacarita, razón por la cual los vecinos se declararon en alerta y llaman a las autoridades porteñas a reflexionar.

Se trata de unos 80 maceteros hechos con cubiertas de neumáticos pintadas y rellenadas que se alinean junto al cordón de la vereda en Rosetti al 1000 (entre las calles Forrest y Zabala): allí crecen girasoles, aromáticas, tomates, lechuga, habas, repollos, acelga y otras plantas alimenticias con «anuencia de todos los vecinos».

Briganti contó que la cuadra ya recibió dos visitas amenazadoras de personas que se identificaron como dependientes de la Comuna 15 pero vestidas con los chalecos identificatorios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: «A principios de la semana pasado vino a verme una persona de la Comuna diciendo que habían recibido una denuncia por mosquitos y se puso a sacar fotos de la huerta, pero no había nada: el mosquito está donde hay agua estancada o cacharros, pero nosotros regamos y la tierra absorbe, no hay humedad residual».

«Después vino otra persona en una camioneta que estuvo tocando timbre en mi casa y al no tener respuesta, le refiere a una vecina, de muy mal modo, que teníamos que sacar las macetas del espacio público porque de lo contrario iban a venir hoy lunes e iban retirar todo», dijo y añadió que esta advertencia disparó una alarma entre les vecines que  hicieron llegar a la comuna sus opiniones y estuvieron en alerta esta mañana esperando un intento de desalojo que finalmente no se produjo.

«La lluvia apaciguó todo y creemos que las autoridades van a reflexionar porque nuestra huerta no atenta contra nada, al contrario: reconstituye el tejido social, une a los vecinos y hace más segura la cuadra», acotó.

«Esta huerta significa mucho. Nació en pandemia, fue emplazada con mucho esmero, trabajo comunitario y amor despertó muchas sonrisas, pero también nos llevó mucho sacrificio por eso no estamos dispuesto a abandonarla», agregó.

Además, «no impiden el paso ni que los autos estacionen», por eso lleva casi un año funcionando «de manera consensuada con todos los frentistas», comprometiéndose cada uno de ellos a cuidar de sus propios macetones.

Puertas adentro de su casa, Briganti también montó una huerta aprovechando al máximo los 60 metros cuadrados de su terraza, donde practica todas las propuestas de su colectivo «El reciclador» que aúna la práctica de huertas agroecológicas comunitarias con «el cirujeo» de cubiertas y envases descartados como basura para ser reutilizados como macetas, germinadores y composteras.

Además de promover el sembrado de techos, Briganti incentiva a los vecinos a intervenir las veredas para generar «corredores alimentarios» de punta a punta de las veredas, en el convencimiento de que «es posible cultivar alimentos de alta calidad en el kilómetro cero».

«Es una huerta demostrativa que produce alimentos y que en tiempo de pandemia a muchos los salvó, porque no tenían comodidades, espacio, terraza o balcón donde pasar mejor la cuarentena o no podían irse de vacaciones, y este proyecto funcionó como una herramienta pedagógica y terapéutica, que ayudó a las personas a socializar en la vereda de sus casas y conseguir así una mejor calidad de vida», dijo.

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