jueves, marzo 28

LA IMPRONTA FEMENINA

Lo femenino es foco de las exhibiciones con que el Faena Art Center (FAC) se suma a la primera Bienal de Performance de Buenos Aires; se trata de “Auto-body”, una plataforma de videoarte que reúne obra de más de 40 mujeres de todo el mundo; y “The visitors”, una lírica composición del islandés Ragnar Kjartansson, creada a partir del poema “My feminine ways”, de la artista Aasdís Sif Gunnarsdóttir.
Rosario Bléfari, icónica voz de Suárez, banda alternativa de los 90; la escritora Marina Mariasch y el provocador colectivo literario Máquina de Lavar; Karina Paisajovich o la radio itinerante con que Agustina Woodgate recorre el mundo narrando sus localismos, son parte del capítulo argentino de “Auto-body”, una propuesta que nació en Art Basel Miami 2014, de la mano de cuatro curadoras entre las que se encontraba Ximena Caminos, directora del FAC.
“Artistas mujeres de reúnen para desafiar la gravedad, para dar vuelta todo, para crear la comunidad de la incertidumbre”, promete el texto curatorial de la exhibición que en diálogo con “The visitors” -los visitantes que Kjartansson instala en la penumbra de la sala Catedral- podrá verse por 10 días de 14 a 21, en el viejo silo de Aimé Painé 169, en Puerto Madero.
Se trata de “un proyecto independiente que aborda las desigualdades políticas y económicas que enfrentan las mujeres en el mundo del arte”, dice Caminos, responsable de la despojada exhibición que toma forma en la sala Molinos –dos rieles de más de 30 pantallas suspendidas por una estructura metálica adosada al techo -; mientras que en la otra mitad del espacio se sucederán las performances argentinas durante el fin de semana.
La idea fue traer ‘Auto-Body’ a Argentina ampliando el comité curatorial –de este capítulo es responsable Caminos junto a Vivi Tellas y Larisa Zmud- y sumando artistas locales como Ana Gallardo, Adriana Bustos Jimena Croceri y Cecilia Bengolea, “una itinerancia que continuará añadiendo expresiones por el mundo para crecer en número y diversidad”, asevera Caminos.
“La falta de reconocimiento de la mujer en el mundo del arte continúa siendo un tema en nuestra contemporaneidad y esta plataforma gira alrededor de la figura femenina y su relación con las políticas culturales en el arte; mientras que la muestra de Kjartansson escaleras abajo, una especie de oda a lo femenino, también hace alusión al rol de la mujer en el siglo XXI”, resume la curadora.
En tanto postula: “Nosotras como mujeres tenemos que pensarnos, no me autodeclaro feminista, pero lo soy bastante porque creo que las mujeres sí tienen un lugar de desventaja, no sólo en relación al arte, en todo lo profesional y en múltiples otras áreas”.
El espacio del arte, reflexivo y vanguardista, donde se supone que podría haber un campo fértil para estar los géneros igualados y emerger la mirada femenina, sin embargo no funciona como tal, “darles una voz a las artistas y las mujeres es lo que estamos intentando hacer”, dice Caminos.
Por eso este diálogo entre las dos muestras: En la sala principal 40 artistas de distintos países –Colombia, Perú, Estados Unidos, Israel, Suecia, Guatemala, Zimbabue, Guam, Gran Bretaña, Suecia, Argentina y España- y en la sala de abajo un hombre, islandés, que de alguna manera celebra lo femenino.
“My feminine ways” (mis formas femeninas) es muy interesante –señala Caminos- porque también habla de la creación colectiva, de cómo la condición humana es ser uno mismo, la fragilidad que eso conlleva y, a la vez, de cómo se fortalece la relación con uno mismo cuando se crea en colaboración con otros-, algo que puede explorarse desde la cultura en general, desde la economía, en una sociedad algo hedonista y centrada en lo individual”.
Dos situaciones espejadas con una temática en común abordada desde distintos lugares, “por eso intentamos polarizar el tema –asegura la curadora-, porque ahí es donde se genera un lugar de reflexión interesante, que es de cada espectador consigo mismo, no hay un mensaje de nuestra parte, lo que hacemos son preguntas”.
A su vez, un nivel más arriba, en el tercer piso del antiguo edificio portuario, el próximo fin de semana desde las dos de la tarde y hasta las nueve de la noche Woodgate le pondrá voz a www.radioee.net, acompañada por bandas y solistas femeninas junto a mujeres que disertarán sobre temáticas varias, desde las repercusiones de la marcha #NiUnaMenos contra la violencia de género, prevista para el 3 de junio, hasta cuestiones ambientales.
Radio Espacio Estación nació en 2011 para difundir voces locales sobre tópicos específicos de cada localidad en que emite, por eso su autora organizó 25 horas de programación relacionadas a las complejidades que coexisten en Puerto Madero desde lo ecológico, económico y social; y con “Auto body” trabajará lo que pasa en vivo para respetar lo performático, “sin nada grabado, aunque todo queda archivado y puede ser consultado en la página Web”.
“Se podrá llamar por Skype pero lo que más funciona es el chat –anticipa esta artista gráfica que toma la voz como performance-, la idea es desmonopolizar el medio, hacer algo cultural, enriquecerse con temáticas que no llegan o no se cruzan con el arte, por ejemplo, una arquitecta del barrio hablará no sólo del caso Nisman, sino de la mujer que apareció incinerada y que sólo se nombró en torno al ese caso, porque luego se olvidó”.
En la selección argentina para la plataforma “Auto-body”, que incluye las piezas “Una cosa por vez” de Diana Szeinblum y “Escrito en el agua” de Silvia Gurfein, “hay de todo –resume Tellas-, violencia, amor, suavidad. La intensión fue tejer matices a partir de nueve miradas capaces de crear mundos singulares, únicos y poéticos”.
Mientras el colectivo literario “Máquina de lavar” interpela al varón que cree haberse montado al avance de la igualdad de derechos con “Pija de Hegel”; y Bléfari lleva adelante su “Corte, movimiento y adhesión”, un sugerente trabajo a partir de árboles podados brutalmente, Tellas es contundente: “Al parecer hay algo amenazante en nuestra fuerza, flexibilidad y sexualidad, por eso estas acciones son necesarias, aquí decimos ‘chicas somos muy libres y no tenemos que ocultarlo más’”.

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