
En el marco del Festival Nacional Independiente ENTRÁ, que celebra la diversidad de las expresiones artísticas contemporáneas, al tiempo que denuncia el desmantelamiento de las políticas culturales de parte de las actuales autoridades nacionales, este domingo 6 de julio a las 15 horas, el Club de Artes Escénicas Paraíso presentará la performance titulada La distancia entre dos puntos está llena de raíces, una creación de la artista Agustina Muñoz. Esta obra de aproximadamente 30 minutos definirá un novedoso formato escénico donde lo performático se amalgama con la exploración urbana, proponiendo un recorrido a pie que invita a repensar y revalorizar el vínculo con el entorno citadino.
El punto de encuentro para esta actividad será el emblemático Museo Nacional de Bellas Artes, ubicado en la Av. del Libertador 1473, corazón cultural del barrio de Recoleta, un espacio que por sí solo convoca a la reflexión artística y patrimonial. Para participar, se solicita a los asistentes que lleven consigo su teléfono celular con batería cargada y auriculares, herramientas indispensables para sumergirse en esta experiencia sonora que dialoga íntimamente con la geografía urbana y la memoria colectiva. La modalidad de entrada es a la gorra, un gesto que promueve la accesibilidad y la valoración espontánea del arte independiente.
La propuesta performática de Muñoz se articula como un itinerario sensorial y narrativo que recorre las calles adyacentes al Museo y sus inmediaciones. La puesta intenta reencantar el espacio público, reconectando a quienes caminan con la historia viva y latente que permanece en la Ciudad. Esta idea de “camino-narrado” sugiere que cada paso y cada mirada forman parte de una conversación abierta con el lugar que habitamos, un diálogo que requiere estar atento y dispuesto a escuchar lo que la tierra, las construcciones y el aire tienen para decir.
Siguiendo esta línea, la obra reflexiona sobre la relación entre el ser humano y su entorno. “Una tierra no cantada es una tierra muerta”, dice Muñoz, subrayando la importancia de mantener viva la comunicación con el territorio para no perder la conexión con nuestras raíces y nuestras historias. En una ciudad que se encuentra en constante proceso de demolición y reconstrucción, se plantea una pregunta esencial: ¿cómo hablamos con estos fragmentos de tierra que a veces parecen inertes o desapercibidos? La performance invita a detenernos, a caminar juntas en un tiempo que permita que el espacio pueda expresarse, que nos cuente sus relatos y sus memorias encerradas en las calles, plazas y rincones.
Agustina Muñoz, creadora de esta pieza, es una artista multifacética nacida en Buenos Aires en 1985, cuya trayectoria abarca teatro, cine, video y performance. Es autora prolífica y crítica que participa activamente en el debate sobre el arte contemporáneo a través de distintos medios. Su formación incluye un máster en teatro por Das, Amsterdam, lo que suma una dimensión internacional a su trabajo, que ha sido presentado en diversos países, como España, Suiza, Irlanda, Cuba y los Países Bajos, además de en múltiples espacios en Argentina. Su colaboración artística con Bárbara Hang dio origen al libro El tiempo es lo único que tenemos, publicado por Caja Negra Editora, reflejo de su interés constante por investigar las relaciones temporales y espaciales en la experiencia humana.
En resumen, La distancia entre dos puntos está llena de raíces se presenta como una invitación a habitar la ciudad de manera consciente y afectiva, a no dejar que la vorágine modernizadora haga invisibles las memorias que sustentan cada rincón. Esta performance se erige como un acto poético y político, que recupera el sentido de cuidado hacia el lugar donde vivimos, estimulando un diálogo renovado con nuestra cotidianidad. Participar de esta experiencia no es solo caminar por Recoleta, es, en palabras de la propia artista, «dar tiempo a que el espacio pueda hablar» y abrirse a la posibilidad de escuchar el canto de esas raíces que, entre dos puntos, conforman toda una vida.
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