viernes, agosto 22

ARTEBA 2025

Una vez más, el Centro Costa Salguero se prepara para convertirse en el pulso del circuito artístico porteño. Del 29 al 31 de agosto, ARTEBA 2025 reunirá a galerías, coleccionistas, curadores e instituciones nacionales e internacionales, y entre los protagonistas se cuentan los MuseosBA: con un stand propio, la oferta institucional busca tender un puente entre la tradición local y las preguntas del arte contemporáneo.

En el centro del espacio de MuseosBA se encontrará la conversación entre dos maneras de trazar una línea. Por un lado, la referencia al filete porteño: una tradición ornamental que tiene la calle y el paisaje urbano como su primer museo. Por otro lado, la propuesta contemporánea de artistas como Matías Kavu y Cotelito, quienes recuperan, resignifican y problematizan la línea como gesto, archivo y síntoma de una ciudad en constante reinvención. El gesto curatorial —pensado para invitar al público a detenerse y pensar— busca transformar el stand en un lugar de reflexión más que en una vitrina.

La Ciudad también propone recorridos guiados curados por Victoria Cobos. Citas concretas para entrar en diálogo con las obras (viernes 29 a las 17 h; sábado 30 y domingo 31 a las 14 y 17 h). Estas visitas subrayan la apuesta institucional por la mediación —por hacer accesible el discurso crítico sin sacrificar la intensidad poética de las piezas— y por pensar al museo como actor activo dentro del ecosistema ferial.

La edición de este año de ARTEBA llega en un contexto marcado por la retracción del mercado del arte. La crónica económica del sector se lee en cifras: más de 400 artistas y 67 galerías de 16 países que llegan a la feria mientras las ventas se disputan en un clima de cautela.  Sin embargo,  ARTEBA mantiene la tradición de apostar por las ventas previas a la apertura pública (27 y 28 de agosto), jornadas decisivas donde coleccionistas e instituciones suelen concretar adquisiciones estratégicas.

El aumento de costos por metro cuadrado en la Sección Principal —con tarifas que alcanzaron los 508.200 pesos— obligó a muchas galerías a buscar alternativas de financiamiento. El Fondo Nacional de las Artes apareció como una red de contención: préstamos a tasa 0 que permitieron a espacios pequeños y medianos sostener su participación. Esa dependencia creciente de mecanismos crediticios pone en relieve la fragilidad del tejido galerístico local y la necesidad de políticas públicas que acompañen la circulación del arte más allá de la feria.

A la vez, la lista de invitados internacionales —directivos y curadores de instituciones como el Reina Sofía, el Guggenheim, el MACBA o Deichtorhallen— aporta una dimensión relevante: arteba no solo busca reactivar la economía local, sino mostrarse ante ojos extranjeros para generar alianzas, intercambios curatoriales y posibles adquisiciones institucionales. El regreso de artistas argentinos que residen en el exterior, como Adrián Villar Rojas y Diego Bianchi, revitaliza la programación y reitera la condición de la feria como plataforma de visibilidad global.

Desde su fundación en 1991, ARTEBA se consolidó como la feria más importante de la región. En 2025, la feria enfrenta el desafío de sostener esa tradición en un entorno económico adverso, mientras intenta renovar su promesa: ser al mismo tiempo motor de mercado y celebración del arte contemporáneo. En ese tablero, la participación de MuseosBA —con su énfasis en la línea como forma y memoria— ofrece una lectura tranquila pero contundente: que las instituciones pueden ser puertas para pensar la continuidad entre lo popular y lo instituido, entre el filete de la vereda y la obra que entra a un museo. Esa tensión, y la audiencia dispuesta a recorrerla, es quizá la mejor señal de que la feria sigue siendo, más que un mercado, un lugar de conversación y de apuesta por el futuro del arte.

Más que una feria, ARTEBA es un espacio de encuentro. Si se mira más allá del volumen de ventas, esta convocatoria conserva su función esencial: ser un punto de encuentro donde coleccionistas y públicos conviven en la búsqueda de obras, tendencias y nuevas experiencias. Iniciativas como la Isla de Ediciones, con la participación de la Fundación PROA, amplían los modos de consumo y apreciación del arte, integrando prácticas gráficas, publicaciones y proyectos editoriales que dialogan con lo expositivo.

Foto de portada: Gentileza Fundación ARTEBA

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