lunes, mayo 5

LA CASA. LO DOMESTICO QUE DEVIENE EN TERRITORIO

Hasta el 8 de junio, en el primer piso de la Casa del Bicentenario (Riobamba 985) se presenta «Una casa. La Casa. Lo doméstico deviene territorios», la primera exposición pública de la Colección Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez. La muestra, que reúne unas 200 obras de 120 artistas de todo el país (pinturas, esculturas, instalaciones, textiles, dibujos, cerámicas y fotografías), traza un recorrido que vincula el arte con sus territorios de origen y visibiliza prácticas culturales fuera de los circuitos artísticos centrales. Esta colección, formada entre 2013 y 2024 a través de viajes de sus curadores para apoyar la producción periférica, invita a reflexionar sobre la conexión entre lo doméstico y el territorio, creando un diálogo que conecta emociones, creencias y realidades diversas en un nuevo mapa cultural.

Adquirida entre 2013 y 2024 durante los viajes de Abel y Joaquín para descubrir artistas y apoyar las escenas culturales provinciales, la colección presentada busca descentralizar la mirada del arte nacional. El proyecto curatorial y el diseño espacial entrelazan las obras, revelando un tejido de procesos y prácticas arraigados al territorio. Esta conexión vital entre arte y lugar, donde deseos, necesidades y creencias se manifiestan, invita a la reflexión y al diálogo en un nuevo espacio: La Casa, un territorio de resignificación de realidades.

La muestra representa un encuentro singular entre un espacio doméstico y uno público, así como entre las obras y sus diversos públicos. Esta búsqueda marca el inicio de un proceso dinámico, que funciona tanto como una fuerza centrípeta que une como una centrífuga que expande. En este sentido, la curaduría y el diseño espacial configuran un entramado que integra diversas estéticas, prácticas y procesos, mostrando el arte argentino desde una perspectiva alejada del eje centralizado en Buenos Aires.

Organizada en torno a los ejes de abstracciones, naturalezas y cuerpos, la exposición desafía certezas, proponiendo un viaje vertiginoso que redefine los límites entre áreas y perspectivas. En este diálogo constante entre territorios y prácticas artísticas, la Casa se presenta como un espacio de reflexión y resignificación, un territorio renovado donde se manifiestan las complejas relaciones entre cultura, subjetividad y espacio.

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