viernes, abril 19

150 AÑOS DE TOULOUSE-LAUTREC

A 150 años del nacimiento del pintor postimpresionista, Henri Toulouse-Lautrec, el genial artista que retrató la vida nocturna parisina y la bohemia de finales del siglo XIX, se celebra en Albi, su ciudad natal una importante muestra con obras de la colección Maurice Joyant, que se encontraban dispersas por todo el mundo, mientras que Google dedicó hoy su doodle a homenajear al gran genio francés.
El popular ilustrador que medía un metro y medio y que supo reflejar con su arte y, en más de 5.000 carteles, los cafés, teatros, cabarets, burdeles y prostitutas de París. Tuvo una vida signada por los excesos, algo que alimentó uno de los mayores mitos de la Historia del Arte.
A partir de hoy, el mundo celebra la obra de este gran retratista con exposiciones. La central es en la pinacoteca de Albi, el museo con la mayor colección de su obra a nivel mundial, que tiene más de 1.000 piezas. Además, para este aniversario, han instalado reproducciones de su obra en fachadas, rejas y puntos claves de la geografía de este lugar.
Fuera de Francia, se han anunciado muestras en museos de Budapest, Hungría, Viena, Austria, y Nueva York y Google lo recuerda con un “doodle” (icono) en su buscador, donde puede verse la sombra del artista retratando las bailarinas de can-can.
Toulouse-Lautrec nació en 1864, en el seno de una aristócrata familia de Albi. Sus padres, el conde Alphonse de Toulouse-Lautrec-Montfa y Adèle Tapié de Celeyran, eran primos hermanos y el pequeño Henri nació con una anomalía congénita que impedía que sus huesos crecieran con normalidad. A ello se sumaron dos fracturas en los fémures de ambas piernas, hechos que contribuyeron para que no pudiera crecer más.
Toulouse viajó a París en 1881 y allí se formó en el estudio de Léon Bonnat y en el de Ferdinand Cormon. En la capital francesa, además, conoció a Vincent van Gogh, pero fue Degas el pintor que más lo influiría.
El paisaje que le interesaba era el de la noche parisina, mientras que otra de sus grandes pasiones fue la estampa japonesa. Reconocido por sus litografías y avisos publicitarios, desde 1884, se convirtió en uno de los vecinos más célebres del barrio Montmartre, donde coincidió con Picasso e hizo sus inolvidables trabajos en el Moulin Rouge –era un reconocido habitué–, el Mirliton, el Moulin de la Galette y Le Chat Noir.
Allí retrató e inmortalizó a empresarios, cantantes, bailarinas, actrices y vedettes como Yvette Guilber, Jane Avril, May Belfort, Louise Weber (La Goulue), Jacques Renaudin, Cha-U-Kao y Aristide Bruant.
Toulouse-Lautrec se refugiaba en el alcohol y consumía absenta para olvidar sus sufrimientos. Tras varias internaciones en clínicas a causa de la sífilis, sus neurosis e incluso de un intento de suicidio, murió a los 36 años, en 1901.
«En París, Lautrec está como disuelto en el aire de la ciudad. Sigue siendo un gran contemporáneo para alguien que pasee por las calles de París”, sostuvo el experto en historia del arte, el español Juan Manuel Bonet y agregó: “La grandeza del arte de Toulouse-Lautrec fue convertir lo efímero en gran arte”.

Fuente: Télam

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