
El viernes 26 de septiembre, el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) inaugura las últimas muestras de artes visuales del año. Una triple propuesta que funciona como cierre y, al mismo tiempo, como apertura de territorios sensibles, políticas del archivo y prácticas curatoriales situadas. Con acceso libre y gratuito, estas exhibiciones permanecerán en salas y fachada hasta el 5 de diciembre de 2025, ofreciendo un panorama que conecta fotografía, performance, video y archivos comunitarios provenientes de América Latina, la periferia ibérica y otras geografías. Más que tres shows, se trata de tres dispositivos que piensan la circulación de imágenes y cuerpos desde líneas de disputa y cuidado.
Lo que une a estas tres muestras no es la coincidencia temporal, sino una apuesta común: exhibir como práctica relacional y política. Desde el fotolibro hasta la performance, desde el archivo compartido hasta la intervención urbana, el CCEBA reúne proyectos que tensan el espacio de la institución hacia diálogos con lo periférico, lo disidente y lo transnacional. Visitar estas salas es recorrer mapas que se superponen: de afectos, memorias y resistencias. Es, en definitiva, hacer del cierre de temporada un gesto de apertura hacia futuros colectivos.
Foto Féminas 2015–2025: territorio, afecto y fotolibro en primera persona (Sala I)
En la sala I se presenta Foto Féminas 2015–2025. Territorios y conversaciones, una acumulación potente: más de cuarenta miradas de fotógrafas y personas no binarias de América Latina y el Caribe reunidas para celebrar una década de colectivo. Curada por Verónica Sanchis Bencomo —fundadora del proyecto—, la muestra explora cómo la fotografía y el fotolibro construyen un archivo contemporáneo que atraviesa lo cotidiano, lo relacional y lo político. En esta primera sala, asombra tanto la calidad de las series como la forma en que cada obra plantea una interlocución con el presente: cuerpos que rehúsan estereotipos, paisajes que resisten la homogeneidad y objetos que devienen en pequeñas cartografías íntimas. Aquí la fotografía no actúa como testigo distante, sino como voz activa que interpela la memoria, el territorio y la pertenencia. Además del valor estético, la muestra invita a pensar el fotolibro como formato crítico: vehículo de editorialidad autónoma y archivo en miniatura, capaz de articular constelaciones visuales que desafían narrativas hegemónicas sobre América Latina.
Museo del Devenir: archivo nómade de cuerpos disidentes (Sala II)
La sala II aloja el Museo del Devenir (MdD), un proyecto itinerante y sin sede fija que funciona como archivo de arte maricx y racializado, con énfasis en performance, fotografía y video. Curado por Guad Creche, el MdD incorpora trabajos de artistas y colectivos del norte argentino, en este caso de Salta y Jujuy, y constituye una curaduría situada: nacida desde los territorios, protagonizada por cuerpos y experiencias disidentes que habitan esos espacios.
MdD opera como un dispositivo de investigación y emergencia: sus piezas circulan en soportes transportables (digitales, fotográficos y en vivo) y buscan interrumpir y cuestionar instituciones culturales convencionales. En su paso por el CCEBA, la visita se siente como acceso a un archivo vivo: no una colección muerta, sino un repertorio en movimiento que problematiza categorías como identidad, raza y territorio, y que propone la performance y la narración como herramientas de resistencia y cuidado colectivo.
Dormir mientras nuestras camas arden: co-construir un archivo de futuro (Sala III)
La tercera sala contiene Dormir mientras nuestras camas arden. Colectivizar el archivo de futuro, una muestra que toma el archivo como práctica y reúne registros transdisciplinares de obras efímeras de arte público. Reúne a artistas de Argentina, España, Portugal, Brasil, Bosnia y Herzegovina, Estonia y Serbia, provenientes de los encuentros de Cáceres Abierto y la Residencia Epecuén. La curaduría corre por cuenta de Julio C. Vázquez Ortiz junto a Paula L. Benítez y Residencia Epecuén/AAMM.
La muestra pone en diálogo dos territorios periféricos —Cáceres (Extremadura) y Epecuén (Buenos Aires)— que, aunque separados por el Atlántico, comparten prácticas de arte público orientadas a rescatar, revisar y visibilizar modos de hacer desde la crítica situada. Aquí el archivo se presenta como gesto colectivo: piezas efímeras, documentos y registros que no buscan fijar un pasado, sino abrir preguntas y posibles futuros. Es un llamado a pensar el archivo no como depósito pasivo sino como un campo de experimentación donde lo comunitario y lo transdisciplinario redefinen la memoria artística.
La fachada: una intervención que hace barrio
A modo de señal urbana, la fachada del CCEBA estrena nuevas persianas intervenidas por la artista visual y muralista Manuela Tejo. Su propuesta recuerda que lo natural no es mera decoración: es vínculo, refugio y tejido. En la intervención, lo orgánico y lo doméstico se entrelazan con lo imaginario, convocando una sensibilidad extendida que atraviesa el interior de las salas y se proyecta sobre la calle.
Las tres exhibiciones fueron acompañadas en su desarrollo por el equipo del CCEBA, con asesoría curatorial de Laura Spivak, lo que permitió articular procesos de producción y diálogo con las comunidades y colectivos convocados. El conjunto podrá visitarse de lunes a viernes de 10 a 19 h y los sábados de 12 a 18 h en Paraná 1159, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrada es libre y gratuita; la programación completa puede consultarse en la página oficial del CCEBA.