CUERPOS VIEJOS Y NECESIDAD DE GUSTAR
por Irene Lebrusán Murillo
El deseo por agradar a los demás, de ser querido solo por existir, puede llegar a suponer una carga insoportable. Para algunas personas, ser considerado “majo” será esa gran piedra que marque el día a día, impidiendo transformarlas en personas infelices si no son amadas desde el momento en que entran en la habitación y disparando sus inseguridades hasta límites dañinos para ellos y para quienes les rodean. La necesidad de gustar a ajenos puede dominar la vida e interferir en la relación con los propios. Esta necesidad de gustar puede adquirir diferentes manifestaciones, siendo más común y más visible la necesidad de que nuestro físico (la primera impresión) sea agradable ante cualquier mirada. Y eso pesa.
Con la vejez, el miedo a no gustar adquiere otro car...

