
El jueves 14 de agosto el Centro Cultural Recoleta abrirá sus puertas para presentar tres nuevas exposiciones de artes visuales. Ubicadas en distintas salas de este espacio cultural, estas muestras ofrecen la oportunidad de adentrarnos en mundos creativos diversos, cada uno con su propia poética y lenguaje visual.
En la sala 5, la artista salteña Soledad Dahbar estrenará “La gravedad del brillo”, una serie de obras que exploran de manera profunda los vínculos que los seres humanos entablan con entidades no orgánicas, específicamente metales y minerales extraídos de ambientes naturales e industriales. La práctica artística de Dahbar se ancla en la minería, no solo desde su dimensión técnica, sino también desde la historia colonial y el impacto extractivo que esta actividad ha tenido en las sociedades contemporáneas. A través de sus piezas, la artista invita a reflexionar sobre cómo estos materiales, que parecen estáticos y eternos, están cargados de significados socioeconómicos y culturales que trascienden lo meramente físico. La obra funciona como un puente que conecta pasado y presente, naturaleza y humanidad, brillo y gravedad, proponiendo una lectura crítica sobre la relación del hombre con el entorno y los recursos que extrae de él.
Paralelamente, en la sala 6 se podrá visitar “Un final programado”, exposición conjunta de Celeste Martínez Abburrá y Marcela González, seleccionadas también en la Convocatoria de Artes Visuales 2025 del Centro Cultural Recoleta. Esta muestra propone un recorrido sensorial a través de instalaciones, esculturas y videos que crean un paisaje visual tenue y sugerente. Ellas llevan ya tres años de trabajo colaborativo, en el que cruzan las fronteras entre arte, ciencia y tecnología. Su obra plantea preguntas cruciales acerca de los límites del cuerpo humano, la integración de la tecnología en nuestra existencia y cómo percibimos la realidad a través de estos medios híbridos. Martínez Abburrá, oriunda de Villa María, y González, nacida en Buenos Aires, combinan técnicas y soportes para generar una experiencia inmersiva que invita a cuestionar las fronteras entre lo orgánico y lo mecánico, lo real y lo simulado.
Mientras tanto, en la sala 13 se exhibirá “Mi alma gemela”, la primera muestra individual de Milagros Schmoll en el escenario artístico porteño. Curada por Rodrigo Alonso, esta retrospectiva reúne cerca de veinte obras creadas por Schmoll durante los últimos quince años, presentadas por primera vez en conjunto en Buenos Aires. La pintura domina el universo expresivo de Schmoll, y es a través del óleo sobre tela, el acrílico, la cera y otros materiales que la artista despliega un lenguaje abstracto donde la textura y el color se transforman en protagonistas. Los tonos dominantes y el tratamiento sutil de las texturas generan una atmósfera de equilibrio y armonía que conduce al espectador a la introspección. Los títulos de las obras remiten a espacios y sensaciones que invitan a adentrarse en la interioridad de la creadora, proporcionando una experiencia contemplativa que trasciende la mera observación visual para conectar con el pensamiento y la emoción.
Estas tres propuestas, seleccionadas por su calidad y pertinencia en la convocatoria artística del Recoleta para 2025, reflejan la diversidad y riqueza del arte contemporáneo argentino. Cada una, con su mirada particular, ofrece distintas vías para reflexionar sobre nuestra relación con el entorno, la tecnología y la sensibilidad humana.
Las exposiciones podrán visitarse en el Centro Cultural Recoleta, ubicado en Junín 1930, de martes a viernes de 12 a 21 horas, y sábados, domingos y feriados de 11 a 21 horas. La programación completa está disponible en el sitio web oficial: http://www.centroculturalrecoleta.org/.
Este evento reafirma el compromiso del Centro Cultural Recoleta con el fomento y la difusión de las artes visuales, proporcionando un espacio para artistas emergentes y consagrados donde el diálogo entre distintas disciplinas y narrativas se convierte en el motor principal de su programación. La invitación queda abierta para que el público se sumerja en estas experiencias visuales que combinan crítica, innovación y sensibilidad, elementos esenciales para comprender y disfrutar el arte contemporáneo en toda su complejidad