
El próximo 21 de octubre la cantante y compositora vasca Idoia se presentará por primera vez en vivo en Buenos Aires. La cita, con entrada libre y gratuita, será a las 19 h en el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), en Paraná 1159.
Para quienes siguen la escena de cantautores en castellano y euskera, la llegada de Idoia supone la posibilidad de ver en vivo un proyecto que en poco tiempo se consolidó como una de las sorpresas más sólidas del País Vasco. Nacida en Aramaio (Álava), Idoia irrumpió con su primer álbum Ilun eta abar (2021), donde mostró una mezcla de voces íntimas y arreglos desprejuiciados que atraviesan el folk, el pop y la bossa nova. Ese debut le abrió puertas: más de sesenta conciertos en el circuito estatal —por el País Vasco, Madrid, Cataluña y Aragón—, y un público atento a la honestidad de sus canciones. Ahora visita la ciudad para presentar De amar y desandar, un disco que se anuncia como “carta sonora”: un registro que mira las experiencias personales y el amor en sus múltiples formas, desde la memoria y la interrogación.
Grabado en los Estudios El Lado Izquierdo de Dany Richter y producido por Sergio Valdehita y Carlos Sosa, el álbum apuesta por un sonido orgánico y acústico. El piano suele ocupar el primer plano, sostenido por acordeones, contrabajos, vientos y cuerdas, y por momentos se siente una puesta en escena instrumental que privilegia la melodía y la claridad de la voz. Esa decisión estética refuerza la sensación de cercanía que transmiten las letras: no tanto una exposición pública como una conversación íntima con el oyente.
Las canciones que integran el disco trazan un mapa emocional variado. “Nueve de febrero”, que abre el trabajo, se presenta como una pieza en blanco y negro que termina enriquecida por la entrada de los vientos; su modestia inicial y su posterior coloración instrumental marcan un gesto recurrente en el disco: lo pequeño que se amplifica. “Autofikzioa” plantea una voz interrogante, una reflexión sobre la identidad y los claroscuros que llegan sin respuesta clara. En “MOMO”, el diálogo entre voz y piano —con una melodía del pianista Joserra Senperena y una letra de la poeta María Osés— nace de un estado de reclusión y se sostiene en la sencillez de la frase musical.
Hay también guiños más directamente territoriales: “Sarearean” remite al paisaje del País Vasco y se inserta en la tradición de la canción de autor; “La castellana”, impulsada por percusiones y acordeón, cuenta una historia de amor con aroma folk. En otro registro, “Mi vida huele a flor” se presenta como un tango desgranado, donde la voz de Idoia acompaña el piano sobre un poema de Elvira Sastre; esa pieza sintetiza muchas de las claves del disco: una sensibilidad literaria, una atención al fraseo y una voluntad de explorar formas del amor que no siempre son evidentes.
La llegada de Idoia a Buenos Aires se inscribe en un intercambio cultural que, en los últimos años, ha acercado propuestas del Estado español al circuito porteño —desde la canción de autor hasta músicas populares y experimentales— y que también evidencia el interés local por voces que trabajan con lenguas y tradiciones propias. En ese sentido, el concierto en el CCEBA es una oportunidad para seguir la trayectoria de una artista que construye su universo a partir de lo cotidiano, la poesía y la instrumentación cuidada.
La mecánica de acceso al evento —orden de llegada hasta completar la sala— sugiere además un concierto de cercanía: sin grandes producciones, con la escucha como centro. Para el público porteño será una opción accesible para conocer en directo una voz que, desde Aramaio hasta aquí, ha sabido hacerse escuchar con composiciones que hablan de amar y desandar, de volver sobre aquello que fue y aprender a nombrarlo de nuevo.