
Los sábados 4 y 18 de octubre a las 21 h en El Alambique Teatro (Griveo 2350, CABA) se presenta el estreno de la obra de teatro musical «CRUDA. Hija de los ’90», escrita por Nahir Sánchez Romero, con dirección de David Gudiño y música de Villera Vip.
Sinopsis: En el momento en que una viajera en el espacio se dirige hacia la estratosfera prometida, es apresada por marcianos y sometida a un largo interrogatorio; durante su relato, sin inflación, relata su devenir durante la larga década del uno a uno. Entre canciones que combinan lo desgarrado y lo colorido, ropa de feria y altares poblados de santos infinitos, la protagonista expone a los seres verdes la herida abierta que la atraviesa, ofreciendo así una mirada crítica hacia los residuos culturales de una época.
Con canciones originales interpretadas en vivo por la banda Villera Vip, actuaciones viscerales y una poética popular cargada de ironía, esta obra intenta habitar ese espacio tensionado por preguntas que no tienen respuesta simple. Persiguiendo el objetivo de problematizar los dispositivos que fijan sentido en torno a lo villero, los roles de género, la sexualidad y la marginalidad, los relatos autobiográficos de Nahir Sánchez Romero configuran un lenguaje que, acercándose al realismo, se vuelve grotesco. Así, expone esta contradicción en un espacio alienígena, casi etéreo, invitando a la audiencia a reflexionar sobre la tarea colectiva de reconfigurar ese vacío para dar lugar a nuevas identidades y proyectos de vida.
El propósito de David Gudiño, su director, es, a través de la ficción, dar sentido a los relatos de quienes vivieron los años 90. «A algunos nunca nos llegó el uno a uno ni tampoco la pizza con champán. Quienes somos hijos e hijas de los 90 no votamos, pero experimentamos las consecuencias de decisiones políticas y económicas amenazantes. ¿Cómo contar esto intentando salir de lugares comunes y dar lugar al humor? ¿Es posible viajar a la estratosfera prometida? Hacer música, relato y humor sobre la historia argentina desde un punto de vista autobiográfico requiere necesariamente poner en juego algo de la ironía y el resentimiento de quienes en los 90’ y post 90’ no nos fuimos a Miami, no nos compramos un auto ni un terreno. Se trata de una obra que da voz a quienes no siempre tienen micrófono, pero sí banderas».