viernes, marzo 29

SARA RUS, ILUSTRE

Sara Rus, sobreviviente de la Shoá y madre de un desaparecido por el terrorismo de Estado en la Argentina a mediados del año 1977, fue distinguida esta tarde como Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por su trayectoria en defensa de los derechos humanos y la construcción de la memoria colectiva.

Al acto realizado en el Salón San Martín del Palacio Legislativo, por iniciativa de la diputada porteña Gabriela Alegre (Encuentro Popular para la Victoria), asistieron representantes de organismos de derechos humanos y de la colectividad israelita, familiares y amigos de la homenajeada.

La mesa que presidió el encuentro fue ocupada por Diana Wang, presidenta de Generaciones de la Shoá; la diputada Alegre, Sara Rus, Graciela Jinich, directora ejecutiva del Museo del Holocausto, y el Juez Federal del Tribunal Oral Nº 5, Dr. Daniel Rafecas.

Luego de la proyección de un fragmento de la película `Relatos de la sombra`, dirigida por Víctor Ramos que recoge relatos de familiares y secuestrados de la comunidad judía durante la última dictadura militar argentina, entre ellos el de Sara Rus; cada uno de los integrantes de la mesa destacó el testimonio de vida que da sustento a la distinción.

Gabriela Alegre, tras recordar las situaciones de horror que los seres humanos son capaces de producir -vinculadas particularmente al Holocausto en Europa y el terrorismo de Estado en Argentina-, exhortó a «tenerlas muy presente para que no se reiteren. Esto es la memoria. La lucha continúa, es permanente. Nuestro país nos dio los sucesos más horrendos y también mujeres y hombres ejemplares a los que cada día hay que tratar de imitar y nunca olvidar».

Por su parte, Sara Rus inmediantamente después de recibir la medalla y el diploma, dijo sentirse «orgullosa y muy querida; recibir semejante distinción me supera». «Lo que más me satisface es una generación joven en que siento atención e interés porque no vivieron ni conocieron esta situación que viví en Europa como una niña y acá como madre. Me siento obligada a devolver lo que sufrí para que no sufran otros y jamás se repitan», afirmó. «Quiero devolver para que sepan la verdad y que jamás sufran lo que hemos sufrido nosotros. Estamos con los brazos levantados luchando por nuestros hijos hasta que nos den las fuerzas. Si perdemos la memoria puede repetirse. Esa es mi obligación», señaló con temple al concluir.

Entre los presentes se encontraban la Defensora adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Graciela Muñiz; Julio Morresi, Personalidad Destacada de la Ciudad por su defensa de los derechos humanos, y representantes de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, Fundación Memoria Histórica y Social y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas. Se leyeron adhesiones de Abuelas de Plaza de Mayo y de Claudio Altamirano, responsable del Programa Educación y Memoria.

Historia de dolores

Schejne María (Sara) Laskier de Rus, tiene 82 años, nació en Lodz, Polonia, y a los doce años fue recluida en el gueto donde su primer hermanito murió por desnutrición. Allí, donde estuvo 4 años, nació otro hermano que a los pocos días fue asesinado por los genocidas nazis. En el gueto conoció a Bernardo Rus y fue llevada al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, donde perdió a su padre. Tras ser liberada en 1948, viajó junto a su madre a la Argentina, donde se reencontró con Bernardo, quien sería su esposo. Tuvieron dos hijos, uno de los cuales, Daniel Lázaro Rus, está desaparecido desde el 15 de julio de 1977 cuando tenía 26 años y salía de las oficinas de la Comisión Nacional de Energía Atómica donde trabajaba. Desde entonces integra la asociación Madres de Plaza de Mayo.

Eva Eisenstaedt es la autora de una biografía de Sara Rus, quien además fue recientemente distinguida como Ciudadana Ilustre de Mar del Plata.

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