jueves, marzo 28

QUINO Y MAFALDA, FIGURAS DEL 2014

por Analía Paez
No habrá año más importante que 2014 en la vida del humorista gráfico mendocino Joaquí­n Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación -el primero que se le otorga a un dibujante en toda su historia-  ni para la  generación que creció con su personaje Mafalda, que cumplió 50 años.
«Mafalda diría que soy un traidor a mi personaje yéndome a reunir con los reyes», bromeó días antes de recibir el premio en España, un reconocimiento casi paradójico para el personaje de una niña rebelde que defendió sus consignas antisistema y la igualdad de derechos, entre otras batallas cotidianas.
Quino creó a Mafalda, la chica de pelo negro que odia la sopa y está en contradicción con los adultos, así como a sus entrañables amigos: Libertad, Guille, Manolito, Miguelito y la soñadora Susanita.
Este fue el año de Quino sin lugar a dudas, además del reconocido premio español recibió reconocimientos que arrancaron con un tributo en el importante Festival de Historieta de Angouleme, Francia, y prosiguió con la Legión de Honor y homenajes en el Salón del Libro de Parí­s, donde Argentina fue invitada de honor, y la Feria del Libro de Buenos Aires.
A esto se sucedieron numerosas exhibiciones donde sus emblemáticos personajes dejaron huella, como «El mundo según Mafalda» en la Usina del Arte; «Quino por Mafalda», el el Museo del Humor (MuHu); y  «Mafalda en su sopa», en la Biblioteca Nacional.
«A partir de hoy me voy a tener un respeto terrible», dijo en la apertura de la Feria del Libro de Buenos Aires, uno de los mayores encuentros libreros de Hispanoamérica que en su 40 edición lo tuvo como centro de las celebraciones.
Los medios se acercaron a preguntarle entre otras tantas cuestiones ¿Qué dirí­a Mafalda de…»? a lo que su creador respondió: «No empecemos con estas cosas, por favor. Diría lo mismo que dijo siempre, no ha cambiado mucho la situación, seguimos cometiendo torpezas económicas y sociales, el surco entre ricos y pobres es cada vez mayor. Me parece una barbaridad».
Quino firmó durante largas horas los ejemplares de su criatura, la niña que dibujó por última vez en junio de 1973 «cuando en la Argentina estaba corriendo sangre y habí­a una situación polí­tica muy peligrosa: Mafalda no podí­a ignorar los crí­menes que se estaban cometiendo -confió- y, si los comentaba, el que no hubiese podido comentar nada más serí­a yo. Corrí­amos riesgo todos».
Previamente, en enero, la ciudad francesa de Angouleme, referente de la historieta a nivel mundial no sólo en cuanto a  novedades y artistas, sino también respecto a la venta, compra de derechos e intercambios comerciales, hizo de Quino y su obra el centro de atención, aunque el dibujante no pudo asistir a la ciudad de la luz para presenciar el tributo, que consistió en la reconstrucción a gran escala  del departamento de la niña argentina.
En marzo viajó a París para participar del Salón del Libro, donde recibió la Orden Oficial de la Legión de Honor y en charla con el público aseguró que su  pequeña se ocuparía de la «estupidez humana» e ironizó con un «yo quería ser Picasso, estoy contento del resultado con Mafalda, pero no del todo».
San José de Costa Rica tampoco se hizo ajena a los festejos de la historieta que invita a la reflexión y la risa en un cuerpo de niña, allí se realizó la exposición «El mundo según Mafalda», como parte del Festival Internacional de las Artes (FIA).
En tanto que en mayo el humorista gráfico llegó al Congreso Nacional argentino, donde se le otorgó la Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento, reconocimiento promovido por la senadora por Entre Ríos Sigrid Kunath y máxima distinción de la Cámara Alta.
La Feria del Libro de Madrid se sumó a los homenajes con «Los viernes de Quino», donde dibujantes, historietistas y caricaturistas dibujaban el mundo de Mafalda desde su perspectiva, en una iniciativa conjunta del grupo editor Penguin Random House, la Embajada de Argentina en España y el Instituto Quevedo del Humor.
La última ocasión pública en la que se vio a Quino en su silla de ruedas fue sobre la alfombra azul de teatro Campoamor de la ciudad española de Oviedo para recibir el premio Príncipe de Asturias, de la mano del Rey Felipe VI y su esposa Letizia, adonde fue recibiendo de pie y con un cálido aplauso en reconocimiento a su labor.
Sin decir una palabra, Quino miró agradecido al auditorio y recibió el diploma que lo coronó con el premio, una escultura diseñada por Joan Miró y 50.000 euros.
Aunque este no fue el último homenaje importante que recibió este año, ya que su niña causó revuelo en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el mayor encuentro editorial de América que tuvo a Argentina como huésped de honor y reunió a miles de fanáticos en torno a una exhibición en su nombre y a la editorial que lo publica en México, donde le dejaban mensajes de agradecimiento por su creación.
¿Quién es Mafalda?, quizás sea la pregunta más frecuente que le hayan hecho a  este hombre de 82 años que no pierde el encanto de la inocencia: «Es una persona que se interroga sobre el mundo y los males que no se corrigen. Hace las preguntas que me sigo haciendo ahora de adulto, yo quería decir a través de ella lo que veía mal y había que corregir. «Hablo poco, por eso elegí el dibujo para expresarme».

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